Las infiltraciones ecoguiadas pueden ser efectivas en el manejo de la artrosis de rodilla, aliviando los síntomas en muchos casos. Este tratamiento consiste en inyectar medicamentos, como corticosteroides o ácido hialurónico, directamente en la articulación afectada. Las infiltraciones pueden reducir la inflamación y el dolor, mejorando la movilidad, aunque su eficacia y duración de los efectos pueden variar según el paciente. No obstante, cuando la artrosis está muy avanzada, estas infiltraciones suelen ser un alivio temporal, y se puede considerar la cirugía como una opción definitiva.

El reemplazo total de rodilla se considera cuando la artrosis u otra patología ha provocado un daño severo en la articulación, causando dolor intenso y limitando significativamente la movilidad y calidad de vida del paciente. Si los tratamientos conservadores, como las infiltraciones o la fisioterapia, ya no ofrecen alivio y el dolor interfiere con las actividades diarias, la cirugía de reemplazo total de rodilla puede ser la mejor opción para restaurar la función de la rodilla y aliviar el dolor.

La cirugía de reemplazo total de rodilla se realiza bajo anestesia general o regional (epidural o espinal), por lo que el paciente no experimentará dolor durante la intervención. El dolor postoperatorio es manejado con analgésicos y técnicas de control del dolor, y aunque puede haber cierta incomodidad durante la recuperación, la mayoría de los pacientes encuentra que el dolor postquirúrgico es mucho más manejable comparado con el dolor crónico de la artrosis antes de la cirugía.

Sí, es recomendable tomar una baja laboral después de un reemplazo total de rodilla, ya que el proceso de recuperación requiere tiempo y rehabilitación. La duración de la baja dependerá del tipo de trabajo que realice el paciente y de la evolución de la recuperación, pero suele estar entre 6 a 12 semanas. Durante este tiempo, es importante evitar actividades que puedan comprometer la recuperación, como cargar peso o permanecer de pie por largos períodos.

La rehabilitación es crucial para una recuperación exitosa después de un reemplazo total de rodilla. Un programa de fisioterapia bien planificado ayuda a restaurar la movilidad, fortalecer los músculos alrededor de la rodilla, y mejorar la estabilidad de la articulación. La rehabilitación adecuada permite al paciente retomar sus actividades diarias con mayor seguridad y reduce el riesgo de complicaciones postquirúrgicas.

Sí, la artrosis es una enfermedad degenerativa que puede afectar múltiples articulaciones, no solo la rodilla. Es común que los pacientes con artrosis de rodilla también desarrollen síntomas en otras articulaciones, como las caderas, especialmente si existen factores de riesgo como el sobrepeso, la edad avanzada, o antecedentes familiares de artrosis.